En esta segunda
conferencia pudimos escuchar a un profesor del colegio Carmelitas de Elda,
Rafael. Empezó con una frase “Soy el mejor”, si no nos creemos los mejores
nunca llegaremos a nada, todos somos maestros pero a la vez aprendices.
Para ser los
mejores tenemos que formarnos, porque a un maestro se le pide educar y mucho
más que eso. Poner pasión y corazón para llegar a ser mejores y excelentes
personas y maestros.
Debemos tener
claro que un centro educativo es un servicio “al cliente”, un servicio que se
da a la sociedad para un bien común, significa invertir tiempo a las personas,
la escuela es una empresa, la escuela es neutral (comunica), siempre hay que
pensar qué quieren los padres de mi y qué quiero yo de mis alumnos.
El objetivo
principal de un centro es consolidar la relación con los niños y la formación para el futuro laboral y
felicidad personal. Lo más importante es la felicidad personal, que el maestro
sea feliz y el alumno también, y debemos consolidar esa relación.
A día de hoy el
maestro ha adoptado mucho de los roles aparte del de maestro, y tenemos que tener
en cuenta cómo piensan los padres, los alumnos, la sociedad… Un maestro debe
ser un referente moral y educativo.
No podemos estar
haciendo las mismas cosas de hace 40 años, debemos innovar (trabajar de manera
continua, hacer de un centro un objeto de deseo, basándonos en el aprendizaje y
centrados en el alumno). Es importante innovar para mejorar actividades que
hacemos habitualmente, para adaptarnos a una situación de cambio y para hacer
algo que antes no podíamos hacer.
La motivación y
aprendizaje del niño se consigue a través del componente emocional, el cómo
aprenden, se divierten… y es algo que debemos tener claro y debe ser nuestra
fuente para esa educación que nuestros niños van a adquirir.
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